Lujuria, el demonio y uno de los anfitriones que yo más le temo enfrentar porque abre muchas puertas de cosas que yo mismo he de confesar y que me hacen ser a veces "menos" y a veces "más" que los demás. Menos ya que a los ojos del mundo he cometido atrocidades que no son bien vistas como moralmente aceptables o social mente decentes. Más porque tengo esa experiencia y puedo hablar de ella sin tener ningún reparo y poder prevenir, advertir y hasta darme el lujo de decir que moralmente he hecho casi de todo.
También este es el momento en que mucha gente se le despejará la gran duda sobre mi sexualidad ya que ha sido un tema que alrededor del tiempo ha ido de un lado a otro, la gente se pregunta es o no es, la gente me ha tratado de algo que podía o no ser, o simplemente no saben con cual etiqueta calificarme o en donde encasillarme; de nuevo el triángulo dentro de la caja de cuadrados en muchos casos.
Y también, con esto voy a violar literalmente la mente de muchos de ustedes, queridos lectores, que en estas líneas verán como sus deseos de morbo, sus miedos a lo desconocido y sobre todo sus propias creencias sobre el sexo, la identidad y el amor serán total y completamente puestas a prueba.
¿Quién disfruta más del sexo, el hombre que penetra, la mujer que recibe, ambos, o ninguno? Esta es una pregunta con mil y un respuestas porque todo depende de algo muy importante, con quien o con que estas.
Al hablar de lujuria tenemos que definiría como lo que nos da placer sexual y el desenfreno de todo lo que vemos o hagamos para traer ese placer a nuestra realidad. Pero, ¿todos podemos tener placer en las mismas cosas? Me he dado cuenta que no. Cada uno de nosotros es un cumulo de experiencias sensoriales que pueden darnos placer más allá de lo que muchos pueden tener. A como a una persona le atrae y le da placer tener sexo con una mujer voluptuosa, hay otros que prefieren una mujer delgada. Hay mujeres que prefieren tener sexo con un hombre de pene grande y otras disfrutan un hombre con un pene pequeño. ¿El tamaño importa? Dicen que sí, mas yo soy del pensar que el tamaño no lo es, sino como se usa.
Y por supuesto, eso es en relaciones “normales” y lo pongo entre comillas porque yo aquí lo digo; el amor se puede expresar de tantas maneras que no debe ni tiene que ser entre un hombre y una mujer. De ahí que vienen los fetiches, y si haré mi primera confesión. Si yo soy un fetichista. Y ahora explico que es esto para que la gente entienda. Ser un fetichista es ver más allá del ser humano y amar una parte o algo de la relación que le puede dar placer. Es algo que va a los sentidos personales, mucho más profundo que algo físico; es mental, es espiritual. De fetiches, hay de todo lo que se les pueda ocurrir, desde personas que tienen fetiches de los pies, las pantorrillas, las nalgas, los ombligos los pezones, las manos, el cabello, cualquier parte o hasta accesorio que se pueda usar.
Al principio de mi desarrollo sexual yo les juro que pensé que era un ser extraño y que, de nuevo, mis padres me habían hecho algo malo, porque no veía el sexo como el estar de un hombre y una mujer en un coito, yo lo veía como algo mas erótico, algo donde uno debe dar placer a su pareja y de ahí ver como ese placer se transforma en algo que al final te llena a ti mismo, pero que eres tu quien debe recoger su propio placer. Y sobre todo, es la expresión más grande de amor que uno puede tener con otra persona, es la intimidad de demostrarle cuanto y como puede hacerle el amor y demostrarle que tan especial es en nuestra vida.
Ahora, si yo perdí mi virginidad a los 18 años cuando, mientras estaba en un viaje de negocios permití que un hombre tuviera sexo conmigo. La razón más grande por lo que decidí tener sexo con un hombre primero, fue porque siempre me dijeron que yo era un homosexual. Siempre he sido amanerado, y por eso la gente me categorizo de esta manera, como el afeminado que al final se convertiría en un homosexual. Mi padre siempre me lo hizo ver muy claro y trato por todos los medios de “hacerme hombre” a punta de gritos y sandeces que al final lo único que hicieron fue separarme definitivamente y divorciarme de mi padre cómo ser humano. Recuerdo cuando decía que yo debería tener sexo con una prostituta a los 15 años para “hacerme hombre”. Me pareció degenerante y rehusé la idea, cosa que por supuesto le pareció más señal de mi homosexualidad. En mi familia hay más de un homosexual, y eso nunca ha sido tema en mi cabeza de “algo malo”. Es una opción de vida, es más, yo vi en eso algo como un ejemplo a seguir en el sentido que mis tíos que tenían esa opción de vida, eran personas felices, viajaban, tenían dinero, y sobre todo amaban sin tapujos, cosa que yo siempre he sentido que es mi misión, amar a la humanidad. Siempre que los veía eran risas, fiesta, baile, todas las cosas que me apasionaban y me hacen hasta el día de hoy ser pleno.
Durante el colegio fui atacado por mucha gente que no entendía y por su propia ignorancia no sabía cómo actuar, bueno la verdad ni yo sabía cómo actuar ya que para mí esto era algo extraño. Me ofrecieron sexo supuestamente a lo que me negaba porque veía más que el morbo una manera de mofa hacia mí. Por otro lado, la gente me aisló por ser un ser que no podían entender y no podían comprender. Eran los 80s y esto de la homosexualidad no era algo tan abierto como ahora, pero también, ¿era yo un homosexual? No lo sabía. Por eso deje que me violaran a los 18 años. Y saben, no me gusto. Me hice un daño enorme que hasta el día de hoy cargo, que fue mi peso excesivo, la manera de hacer que mi cuerpo fuera menos deseable para la gente y así no se me iban a acercar.
Esto creo un vacío aún más grande, no era homosexual, pero yo no sentía el placer aun del sexo, no me atraía. Conocí a mi ex esposa y trate de llevar entonces la vida “normal” con ella perdí mi virginidad con una mujer. Al principio me encanto ya que sentí una cercanía enorme y le podía demostrar tanto amor que le tenía. Era un sentimiento de cercanía de pertenecer ahí. Pero al cabo de los años también perdió interés. No quiero entrar en muchos detalles por respeto a esta persona, ella sabe de quién hablo, pero también puedo decir que mi fetiche se iba volviendo más y más fuerte. Quería más y me daba yo más placer a mí mismo que con el sexo con otra persona. De ahí que creo que esto termino con mi matrimonio, entre otra cantidad de situaciones que no vienen al caso en este momento. Luego de 9 años me divorcié. De nuevo era libre para hacer lo que quisiera, por lo que decidí entonces, enfocarme en mi fetiche, y gracias a eso, hago mi segunda confesión, me prostituí. Y vaya de qué manera, porque no era de los que cobraba por el sexo, al contrario, pague por sexo en busca de satisfacer mi apetito de placer. De ahí que tuve sexo con hombres y mujeres en busca de tener placer y tratar de identificarme sexualmente. Llegue a pensar que era bisexual, porque se me hizo indiferente con quien estaba ya que si cumplían con mis fetiches y mis fantasías me iba con él o la primera que se me pusiera en frente.
Esto obviamente era la ruleta rusa más grande que pude haber tenido, ya que tuve sexo desde con personas de muy alta posición hasta con vagos de la calle que, por unas monedas, dejaron que yo echara mis garras y me diera placer. Conocí desde los moteles más finos hasta los antros más recónditos de la zona roja. Fui tratado desde un amante fino y gigolo hasta el prostituto más barato del mercado. Mendigue amor por todos lados, desde encuentros de sexo anónimo en los parques hasta ir a cines pornográficos en busca de lo que llamaba yo “la cacería del día”.
Gracias a Dios me cuide bien, por lo que puedo decirles que hasta el día de hoy no he tenido nunca una enfermedad de índole sexual y mucho menos soy HIV positivo. De eso me he cuidado hasta decir basta. También, y lo digo con orgullo, he mantenido la virginidad en cierta parte de mi cuerpo, que por respeto no digo cual, en espera de alguien especial, una persona que me entienda y que me acompañe y me acepte tal y como soy, y sobre todo que logre amarme y entenderme.
Aun al día de hoy sigo con mis fetiches, y saben, ya he hecho las paces conmigo mismo en ese sentido. Me acepte tal y cual soy y soy más abierto a eso. De ahí que puedo decirles que el hombre y la mujer deberían de dejar botado todos los estereotipos, y ver las “aberraciones sexuales” y porque no decirlo las “desviaciones” como algo que es personal. ESO SI, todo esto sin tener que meter o abusar de otra persona. Los depredadores sexuales que se aprovechan de otros NO deberían de estar y deberían ser tratados. Pero una persona que simplemente tiene una afición a algo y le da placer, y sobre todo que no le hace daño a nadie más que su propia mente, déjenla. Es mejor que este en esa actitud que buscando víctimas inocentes en la calle y haciendo daños y arruinando vidas.
La búsqueda del placer supremo de la lujuria es algo que el ser humano debe de entender como un viaje individual. Que te da placer a ti no es lo mismo que le puede dar placer a otra persona. Debes de respetarte y respetar a los demás en sus preferencias y gustos. Y otra cosa, debes ser feliz y pleno en la búsqueda de tu placer. El sexo no es malo en tanto que no te envicie, en tanto que no pierdas la perspectiva de la vida y confundas el placer con el amor.
Yo puedo confesar que fui de esos que se envicio, que trato de llenar con placer el amor y luego de casi 11 años de estar solo y de haber hecho y deshecho, les tengo una noticia; No es el sexo o es cuantos amantes tuve; no es cuantas orgias o cuantos encuentros furtivos y anónimos tuve; no fue cuanto gane o perdí en dinero. Al final me queda el placer que me di y que le brinde a la gente que estuvo conmigo. ESE es el secreto. Saber darle placer a la persona con quien estas.
Y en ciertos momentos ha habido personas que han sentido esa atracción pero por miedo, por inseguridad y sobre todo por no entender se han alejado. Me duele mucho no poder haber comunicado bien mi mensaje, pero espero que algún día se den cuenta cuando las he amado y como las amé y por qué no, donde fuego hubo, cenizas quedan… estoy abierto a una relación.
El sexo es un placer de los sentidos, y no siempre debe ser un coito lo que haga que sea sexual. Ni la masturbación puede ser el único método de escape para tener sexo. El sexo es mental, y mientras tu mente disfrute, puedes llegar a tener el mejor orgasmo del mundo con solo un beso, con solo un abrazo sincero, son solo estar en una cama con alguien y decirle cuanto amas a esa persona.
Nuestra parte biológica puede vivir sin sexo, eso es un hecho, pero es bueno que nuestra parte mental, nuestra parte emocional y sobre todo nuestra parte psíquica tengan esos estímulos para crear endorfinas y ser pleno.
En todo esto, querido lector, sé que te preguntaras cual es mi fetiche; No te lo voy a decir. Si quieres saberlo, pregúntame directamente, y si ya me conoces lo suficiente te aseguro que hasta podrás adivinarlo sin yo decir mucho.
A mi fetiche, puedo decirle que lo amo. Que me trae las mejores fantasías, los mejores orgasmos tanto mentales como físicos y que sé que seguirá conmigo por el resto de la vida, y que gracias a él, ya puedo decirles que no soy heterosexual, no soy homosexual, no soy bisexual; soy un humano que vive con una manera distinta de demostrar el amor a la humanidad entera y que se place a sí mismo y tiene el mejor sexo del mundo…
También este es el momento en que mucha gente se le despejará la gran duda sobre mi sexualidad ya que ha sido un tema que alrededor del tiempo ha ido de un lado a otro, la gente se pregunta es o no es, la gente me ha tratado de algo que podía o no ser, o simplemente no saben con cual etiqueta calificarme o en donde encasillarme; de nuevo el triángulo dentro de la caja de cuadrados en muchos casos.
Y también, con esto voy a violar literalmente la mente de muchos de ustedes, queridos lectores, que en estas líneas verán como sus deseos de morbo, sus miedos a lo desconocido y sobre todo sus propias creencias sobre el sexo, la identidad y el amor serán total y completamente puestas a prueba.
¿Quién disfruta más del sexo, el hombre que penetra, la mujer que recibe, ambos, o ninguno? Esta es una pregunta con mil y un respuestas porque todo depende de algo muy importante, con quien o con que estas.
Al hablar de lujuria tenemos que definiría como lo que nos da placer sexual y el desenfreno de todo lo que vemos o hagamos para traer ese placer a nuestra realidad. Pero, ¿todos podemos tener placer en las mismas cosas? Me he dado cuenta que no. Cada uno de nosotros es un cumulo de experiencias sensoriales que pueden darnos placer más allá de lo que muchos pueden tener. A como a una persona le atrae y le da placer tener sexo con una mujer voluptuosa, hay otros que prefieren una mujer delgada. Hay mujeres que prefieren tener sexo con un hombre de pene grande y otras disfrutan un hombre con un pene pequeño. ¿El tamaño importa? Dicen que sí, mas yo soy del pensar que el tamaño no lo es, sino como se usa.
Y por supuesto, eso es en relaciones “normales” y lo pongo entre comillas porque yo aquí lo digo; el amor se puede expresar de tantas maneras que no debe ni tiene que ser entre un hombre y una mujer. De ahí que vienen los fetiches, y si haré mi primera confesión. Si yo soy un fetichista. Y ahora explico que es esto para que la gente entienda. Ser un fetichista es ver más allá del ser humano y amar una parte o algo de la relación que le puede dar placer. Es algo que va a los sentidos personales, mucho más profundo que algo físico; es mental, es espiritual. De fetiches, hay de todo lo que se les pueda ocurrir, desde personas que tienen fetiches de los pies, las pantorrillas, las nalgas, los ombligos los pezones, las manos, el cabello, cualquier parte o hasta accesorio que se pueda usar.
Al principio de mi desarrollo sexual yo les juro que pensé que era un ser extraño y que, de nuevo, mis padres me habían hecho algo malo, porque no veía el sexo como el estar de un hombre y una mujer en un coito, yo lo veía como algo mas erótico, algo donde uno debe dar placer a su pareja y de ahí ver como ese placer se transforma en algo que al final te llena a ti mismo, pero que eres tu quien debe recoger su propio placer. Y sobre todo, es la expresión más grande de amor que uno puede tener con otra persona, es la intimidad de demostrarle cuanto y como puede hacerle el amor y demostrarle que tan especial es en nuestra vida.
Ahora, si yo perdí mi virginidad a los 18 años cuando, mientras estaba en un viaje de negocios permití que un hombre tuviera sexo conmigo. La razón más grande por lo que decidí tener sexo con un hombre primero, fue porque siempre me dijeron que yo era un homosexual. Siempre he sido amanerado, y por eso la gente me categorizo de esta manera, como el afeminado que al final se convertiría en un homosexual. Mi padre siempre me lo hizo ver muy claro y trato por todos los medios de “hacerme hombre” a punta de gritos y sandeces que al final lo único que hicieron fue separarme definitivamente y divorciarme de mi padre cómo ser humano. Recuerdo cuando decía que yo debería tener sexo con una prostituta a los 15 años para “hacerme hombre”. Me pareció degenerante y rehusé la idea, cosa que por supuesto le pareció más señal de mi homosexualidad. En mi familia hay más de un homosexual, y eso nunca ha sido tema en mi cabeza de “algo malo”. Es una opción de vida, es más, yo vi en eso algo como un ejemplo a seguir en el sentido que mis tíos que tenían esa opción de vida, eran personas felices, viajaban, tenían dinero, y sobre todo amaban sin tapujos, cosa que yo siempre he sentido que es mi misión, amar a la humanidad. Siempre que los veía eran risas, fiesta, baile, todas las cosas que me apasionaban y me hacen hasta el día de hoy ser pleno.
Durante el colegio fui atacado por mucha gente que no entendía y por su propia ignorancia no sabía cómo actuar, bueno la verdad ni yo sabía cómo actuar ya que para mí esto era algo extraño. Me ofrecieron sexo supuestamente a lo que me negaba porque veía más que el morbo una manera de mofa hacia mí. Por otro lado, la gente me aisló por ser un ser que no podían entender y no podían comprender. Eran los 80s y esto de la homosexualidad no era algo tan abierto como ahora, pero también, ¿era yo un homosexual? No lo sabía. Por eso deje que me violaran a los 18 años. Y saben, no me gusto. Me hice un daño enorme que hasta el día de hoy cargo, que fue mi peso excesivo, la manera de hacer que mi cuerpo fuera menos deseable para la gente y así no se me iban a acercar.
Esto creo un vacío aún más grande, no era homosexual, pero yo no sentía el placer aun del sexo, no me atraía. Conocí a mi ex esposa y trate de llevar entonces la vida “normal” con ella perdí mi virginidad con una mujer. Al principio me encanto ya que sentí una cercanía enorme y le podía demostrar tanto amor que le tenía. Era un sentimiento de cercanía de pertenecer ahí. Pero al cabo de los años también perdió interés. No quiero entrar en muchos detalles por respeto a esta persona, ella sabe de quién hablo, pero también puedo decir que mi fetiche se iba volviendo más y más fuerte. Quería más y me daba yo más placer a mí mismo que con el sexo con otra persona. De ahí que creo que esto termino con mi matrimonio, entre otra cantidad de situaciones que no vienen al caso en este momento. Luego de 9 años me divorcié. De nuevo era libre para hacer lo que quisiera, por lo que decidí entonces, enfocarme en mi fetiche, y gracias a eso, hago mi segunda confesión, me prostituí. Y vaya de qué manera, porque no era de los que cobraba por el sexo, al contrario, pague por sexo en busca de satisfacer mi apetito de placer. De ahí que tuve sexo con hombres y mujeres en busca de tener placer y tratar de identificarme sexualmente. Llegue a pensar que era bisexual, porque se me hizo indiferente con quien estaba ya que si cumplían con mis fetiches y mis fantasías me iba con él o la primera que se me pusiera en frente.
Esto obviamente era la ruleta rusa más grande que pude haber tenido, ya que tuve sexo desde con personas de muy alta posición hasta con vagos de la calle que, por unas monedas, dejaron que yo echara mis garras y me diera placer. Conocí desde los moteles más finos hasta los antros más recónditos de la zona roja. Fui tratado desde un amante fino y gigolo hasta el prostituto más barato del mercado. Mendigue amor por todos lados, desde encuentros de sexo anónimo en los parques hasta ir a cines pornográficos en busca de lo que llamaba yo “la cacería del día”.
Gracias a Dios me cuide bien, por lo que puedo decirles que hasta el día de hoy no he tenido nunca una enfermedad de índole sexual y mucho menos soy HIV positivo. De eso me he cuidado hasta decir basta. También, y lo digo con orgullo, he mantenido la virginidad en cierta parte de mi cuerpo, que por respeto no digo cual, en espera de alguien especial, una persona que me entienda y que me acompañe y me acepte tal y como soy, y sobre todo que logre amarme y entenderme.
Aun al día de hoy sigo con mis fetiches, y saben, ya he hecho las paces conmigo mismo en ese sentido. Me acepte tal y cual soy y soy más abierto a eso. De ahí que puedo decirles que el hombre y la mujer deberían de dejar botado todos los estereotipos, y ver las “aberraciones sexuales” y porque no decirlo las “desviaciones” como algo que es personal. ESO SI, todo esto sin tener que meter o abusar de otra persona. Los depredadores sexuales que se aprovechan de otros NO deberían de estar y deberían ser tratados. Pero una persona que simplemente tiene una afición a algo y le da placer, y sobre todo que no le hace daño a nadie más que su propia mente, déjenla. Es mejor que este en esa actitud que buscando víctimas inocentes en la calle y haciendo daños y arruinando vidas.
La búsqueda del placer supremo de la lujuria es algo que el ser humano debe de entender como un viaje individual. Que te da placer a ti no es lo mismo que le puede dar placer a otra persona. Debes de respetarte y respetar a los demás en sus preferencias y gustos. Y otra cosa, debes ser feliz y pleno en la búsqueda de tu placer. El sexo no es malo en tanto que no te envicie, en tanto que no pierdas la perspectiva de la vida y confundas el placer con el amor.
Yo puedo confesar que fui de esos que se envicio, que trato de llenar con placer el amor y luego de casi 11 años de estar solo y de haber hecho y deshecho, les tengo una noticia; No es el sexo o es cuantos amantes tuve; no es cuantas orgias o cuantos encuentros furtivos y anónimos tuve; no fue cuanto gane o perdí en dinero. Al final me queda el placer que me di y que le brinde a la gente que estuvo conmigo. ESE es el secreto. Saber darle placer a la persona con quien estas.
Y en ciertos momentos ha habido personas que han sentido esa atracción pero por miedo, por inseguridad y sobre todo por no entender se han alejado. Me duele mucho no poder haber comunicado bien mi mensaje, pero espero que algún día se den cuenta cuando las he amado y como las amé y por qué no, donde fuego hubo, cenizas quedan… estoy abierto a una relación.
El sexo es un placer de los sentidos, y no siempre debe ser un coito lo que haga que sea sexual. Ni la masturbación puede ser el único método de escape para tener sexo. El sexo es mental, y mientras tu mente disfrute, puedes llegar a tener el mejor orgasmo del mundo con solo un beso, con solo un abrazo sincero, son solo estar en una cama con alguien y decirle cuanto amas a esa persona.
Nuestra parte biológica puede vivir sin sexo, eso es un hecho, pero es bueno que nuestra parte mental, nuestra parte emocional y sobre todo nuestra parte psíquica tengan esos estímulos para crear endorfinas y ser pleno.
En todo esto, querido lector, sé que te preguntaras cual es mi fetiche; No te lo voy a decir. Si quieres saberlo, pregúntame directamente, y si ya me conoces lo suficiente te aseguro que hasta podrás adivinarlo sin yo decir mucho.
A mi fetiche, puedo decirle que lo amo. Que me trae las mejores fantasías, los mejores orgasmos tanto mentales como físicos y que sé que seguirá conmigo por el resto de la vida, y que gracias a él, ya puedo decirles que no soy heterosexual, no soy homosexual, no soy bisexual; soy un humano que vive con una manera distinta de demostrar el amor a la humanidad entera y que se place a sí mismo y tiene el mejor sexo del mundo…